lecturas somáticas
Dibujo: Julie Musialek
Tras finalizar la última edición de SOMA&Play y motivados por el deseo de crear una pequeña revista en forma de material escrito, diseñado, y gráfico, pedimos a alguno de los participantes un pedacito de texto 'feedback' en resonancia a su experiencia en el evento.
La propuesta consistía en un material escrito corto, a modo de texto-ensayo (en cualquier formato más
descriptivo, analítico o poético). La pauta para la reflexión se basaba en compartir uno o varios aspectos de sus experiencias en Soma&Play en relación a:
1. Momento que estamos/estás viviendo hoy.
2. Vuestro interés e investigación con y entre las artes del cuerpo, escénicas, performáticas, improvisativas, dancísticas.
Aquí puedes encontrar 2 de estas reflexiones escritas por Julie Musialek y Zarina Rondón.
La propuesta consistía en un material escrito corto, a modo de texto-ensayo (en cualquier formato más
descriptivo, analítico o poético). La pauta para la reflexión se basaba en compartir uno o varios aspectos de sus experiencias en Soma&Play en relación a:
1. Momento que estamos/estás viviendo hoy.
2. Vuestro interés e investigación con y entre las artes del cuerpo, escénicas, performáticas, improvisativas, dancísticas.
Aquí puedes encontrar 2 de estas reflexiones escritas por Julie Musialek y Zarina Rondón.
JULIE MUSIALEK
It is not an easy thing to write about dance. As dance was beyond any words.
Dance has its own language, and the language of our reason is something too rude maybe for her. I say her as if dance was feminine, an uncatchable source. She would surely prefer a poem, or a fine line on a white paper, something that wouldn’t betray her lightness and fugacity. How cute can I be sometimes with my intelligent words and talks about the world. That’s what the stars would say, looking down at me. “Cutie, she is trying to understand and explain”. Deep down, I know all my words are vain, that I am left with silence as the last space that doesn’t betray, that doesn’t say too much. Even a poem, even a fine line on a white paper can be too much. Those words too that I am writing down on my computer are surely too much. Alors le silence. But our silent souls, would they be able to remain in silence? and for how long? Sooner or later our lonely souls filled with silence would need to go out to tell the stars, to tell the moon, to tell someone. To tell what? I don’t know. Maybe this is when dance comes into play. When our lonely souls discreetly come out of their den and connect with other souls. And so, they dance. They dance and remember the silence. Sharing this one dance, remembering the infinite silence, filled with the ecstasy of having no words… |
ZARINA RONDÓN
Quizá hoy no es el mejor día para escribir y compartir como me siento (dando un salto al pasado, a una semana atrás). Tengo muchas inquietudes rondando mi cabeza. Aunque, también es posible que esa inquietud haga que mis dedos dancen en el teclado y escriban sin mucho juicio. Ya veremos. Let's go!
Siempre voy a estar fascinada con las artes del cuerpo. Ahora mismo, a mis 35 años, después de estar dedicando mi vida entera al movimiento, 31 años, y en unos meses serán 32, es que me siento realmente conectada con lo que hago, de una manera más profunda, natural, sincera y consciente... No es que en el pasado no lo haya estado, conectada con mi arte digo. He tenido años maravillosos, al lado de personas increíbles, tirando adelante proyectos hermosos. También mucho tiempo (incluso ahora) luchando en solitude pero con esperanza e ímpetu de seguir avanzando y superándome. Vuelvo a lo anterior, no es que no haya estado conectada con lo que hacía, es sacar a relucir ésta sensación de estar muy presente, activa, atenta, disfrutando, observando y absorbiendo todo lo que puedo, prestando verdadera atención, escuchando desde un lugar neutro o incluso más humilde, abriéndome realmente a lo que los demás tienen para aportar y hasta receptiva a todo aquello que quizá no considero tan relevante o en lo que a mi persona implique “no sume tanto”, pero teniéndolo igual en cuenta para poder cuestionarlo y por ende recoger lo que sí pudiera ser fructífero.
Creo que vivir en automático en muchos aspectos de nuestras vidas, muchos obvios y otros no tanto, es justamente lo que me hace pensar, particularmente desde un punto de vista personal, en que mi cuerpo, mi danza, mis investigaciones y demás, iban así, muchísimas veces, en automático. Quizá superficiales, quizá manchadas de ignorancia y/o de ego e/o inseguridades. Quizá vestidas de una falsa confianza, quizá simplemente rellenando espacios aparentemente vacíos u oscuros, no lo sé... pero me lleva a pensar en lo igualmente admirable que es el aceptar las cosas tal y como son, porque aún a esta edad, esa que para muchos es la justa y “adecuada” para tener “todo resuelto” y que para mi y estoy segura (me atrevo a decir) que para muchos, es más bien el inicio de un gran camino hacia la (re) evolución personal y la felicidad. Hacia un porvenir un poco más claro, aunque sea tácito que nada tiene certeza, ni lugar, ni obviedad. Todo es cambiante, moldeable y fugaz. A veces preciso, a veces movido, pero por tanto, mutable y reitero, fugaz. Así como la magia, que sucede en un abrir y cerrar de ojos y, sin embargo, aunque sabemos que estamos siendo engañados a nuestra propia voluntad, igualmente nos impresionamos.
Ahora aprecio el movimiento desde mi centro, de verdad desde el corazón, he aprendido a sentirlo, o más bien, me he dado el espacio de sentirlo, de entenderlo, de interpretarlo y de dejarle ser libre. El movimiento tiene y no tiene forma, es visible e invisible, de nuevo, es como la magia, sucede y sabemos que hay un truco detrás pero no importa, nos fascina el simple hecho de que suceda, o al menos a mi y queriendo hablar por muchxs.
La magia sorprende, y si algo es importante en esta vida, sobre todo en la moderna, rápida y volátil, es tener la oportunidad de sorprendernos, y aún más, si esa sorpresa viene de algo muy sutil, sencillo, bello, puro y tuyo. Tu eres tu danza y la danza corre por tus venas cuando danzas. Un ciclo natural al cual dejarle la rienda suelta sería el mayor lujo que te puedas dar. Me gusta experimentar esa sorpresa con mi danza, en las creaciones, en mis observaciones, en mis idas de olla en la pista de baile, en mis aportaciones a los y las compañeras en clase, en mi cuerpo en acción. Simplemente a veces me sigo sorprendiendo de lo que soy capaz. Y todes tenemos ese potencial.
Conocer el movimiento y conocerme van intrínsecamente de la mano, cuándo decía que venía de mi centro es literal, del centro de mi cuerpo (a parte de mi corazón). He desarrollado una conciencia bastante aguda para interpretar pesos, observar cómo se pueden mover mis órganos, lo que el espacio me canta, lo que sienten mis ojos, lo que miran las palmas de mis manos.
Dentro de mi investigación y es algo que comparto con todas las personas que asisten a mis talleres, es que las manos son lupas, son un par de ojos activos y magnificados para observar y/o ayudarnos a mirar más detenidamente y a profundizar el exterior y ese interior que nuestra fascia y musculatura abraza. Esto lleva al (con) tacto y por ende a sentir (nos). La sutileza es a veces muy silenciosa y para quienes no están verdaderamente atentos, puede pasar desapercibida. Creo que es algo que debemos y podemos despertar en los seres humanos, nosotros, los artistas del cuerpo, los poetas del movimiento, las máquinas de creación, las criaturas de la investigación, los mentores con propósito. Podemos alentar a todos a sentir, a permitir (se) que las sensaciones guíen. En el campo del movimiento es realmente hermoso e interesante los lugares a los que podemos llegar siguiendo esas sensaciones, que en conclusión son mera intuición, decisión y confianza de un cuerpo y una mente curiosa, astuta, inteligente, disponible y en alineación, danzando coherentemente entre el pensamiento y la acción.
Me gusta que seamos criaturas, así no seremos nunca comunes, podremos “ser” de todo, pero menos comunes jeje. Y es que no tiene nada de malo ubicarse en esa línea plana del “ser común y corriente” pero estoy segura que es más divertido, interesante y cautivante, “ser” de otra materia, de otro planeta, otro universo, otra realidad...
Llevando esto a mi experiencia en Tavira, puedo relacionarla directamente con el hecho de haberme sentido como una criatura ubicada en su hábitat natural. Era el lugar indicado, en el momento indicado y con las personas indicadas a mi alrededor. Me sentí realmente abundante, feliz y libre. Rodeada de verde y arte. Alimentándome de mucha danza y comida rica, soltando mi voz, improvisando, viviendo y explorando. Creo fielmente que es algo que merezco y merecemos todas, sobre todo, aquellas que dedican su vida a esta profesión tan muchas veces menospreciada y otras tantas hasta oligarca.
Durante los últimos 6 años puedo decir que realmente he ido conectando con maestras y maestros que comparten una visión muy significante para mi y con la que me siento realmente identificada. Técnicas, teorías, conocimientos, hallazgos, ejercicios, dinámicas, lenguaje (verbal y físico), anécdotas, chistes o simples miradas. Esto es prácticamente invaluable y cuando se abre este cofre del tesoro, parece que lo que se ha descubierto es un provenir de experiencias y vivencias virtuosas y en todo su esplendor.
Les doy las gracias por abrir este espacio de investigación y disfrute y permitirnos formar parte de la co-creación. De auto conocernos, observar y verdaderamente conectar no solo con el movimiento y la danza, sino con la naturaleza, la comunidad y la vida en sí. Literal que nos movilizamos hasta otro país para vivenciarlo, y mira que valió la pena.
Si algo curioso debo contar fue mi experiencia con el ejercicio de observar desde distintas perspectivas en la Ria… no conecté. Estaba un poco ausente, además, haciendo fotos y vídeos y con un poquito de frío. Sin embargo, es de los ejercicios que mejor recuerdo y de los que más me gustaron por la simple idea de compararlo con la vida misma de una manera sutil, orgánica, sincera y creativa. Me encantó el hecho de mirar con múltiples posibilidades un solo objeto/sujeto, pero no solo estar al tanto de la existencia de esas miles de posibilidades, que parecen ser implícitas. Sino de la acción puntual de doblarse, desplegarse, sentarse, tirarse, acostarse… para realmente mirarlo desde ese ángulo tan preciso, único y a la vez efímero. Si tan solo lo hiciéramos en la vida diaria, siempre encontraríamos poesía, información, señales, códigos y belleza hasta en las cosas más pequeñas y aparentemente imperceptibles. Ji Lee, un gran observador y creativo dentro del diseño recomienda eso, detenerse a observar en el entorno cotidiano aquello que con su forma y mezclado con la forma de su “vecino” dan vida a algo que quizá solo puedas ver tú, y eso ya es un regalo. Imagínate ir encontrando regalos con cada paso que das en tu camino a casa, por ejemplo, ¿no sería algo fenomenal?
En fin, llevo días inquieta, hace 8 días que empecé este pequeño ensayo y hoy que lo estoy culminando (mientras tengo un dèjá vu), sigo inquieta y con cosas en mi cabeza, aunque más tranquila y transicionando a un estado de ligereza y expansividad. Eso sí, tengo muchas ganas de expandir (me), abrir nuevos horizontes, crear comunidad, estar en la naturaleza y danzar sin pensar en demasiadas responsabilidades, trabajo, ni cosas que requieran de una gran parte de mi energía. Me encantaría estar en Tavira o en cualquier otro espacio que la pachamama nos ofrezca y comparta, co-creando atmósferas únicas y a la vez efímeras, porque somos criaturas del movimiento, y nos moveremos, y nos moveremos, y nos moveremos… y no pararemos.
Por: Zarina Rondón
Para: Soma & Play Team.
Barcelona, España.
Martes 16 de febrero del 2021.
Siempre voy a estar fascinada con las artes del cuerpo. Ahora mismo, a mis 35 años, después de estar dedicando mi vida entera al movimiento, 31 años, y en unos meses serán 32, es que me siento realmente conectada con lo que hago, de una manera más profunda, natural, sincera y consciente... No es que en el pasado no lo haya estado, conectada con mi arte digo. He tenido años maravillosos, al lado de personas increíbles, tirando adelante proyectos hermosos. También mucho tiempo (incluso ahora) luchando en solitude pero con esperanza e ímpetu de seguir avanzando y superándome. Vuelvo a lo anterior, no es que no haya estado conectada con lo que hacía, es sacar a relucir ésta sensación de estar muy presente, activa, atenta, disfrutando, observando y absorbiendo todo lo que puedo, prestando verdadera atención, escuchando desde un lugar neutro o incluso más humilde, abriéndome realmente a lo que los demás tienen para aportar y hasta receptiva a todo aquello que quizá no considero tan relevante o en lo que a mi persona implique “no sume tanto”, pero teniéndolo igual en cuenta para poder cuestionarlo y por ende recoger lo que sí pudiera ser fructífero.
Creo que vivir en automático en muchos aspectos de nuestras vidas, muchos obvios y otros no tanto, es justamente lo que me hace pensar, particularmente desde un punto de vista personal, en que mi cuerpo, mi danza, mis investigaciones y demás, iban así, muchísimas veces, en automático. Quizá superficiales, quizá manchadas de ignorancia y/o de ego e/o inseguridades. Quizá vestidas de una falsa confianza, quizá simplemente rellenando espacios aparentemente vacíos u oscuros, no lo sé... pero me lleva a pensar en lo igualmente admirable que es el aceptar las cosas tal y como son, porque aún a esta edad, esa que para muchos es la justa y “adecuada” para tener “todo resuelto” y que para mi y estoy segura (me atrevo a decir) que para muchos, es más bien el inicio de un gran camino hacia la (re) evolución personal y la felicidad. Hacia un porvenir un poco más claro, aunque sea tácito que nada tiene certeza, ni lugar, ni obviedad. Todo es cambiante, moldeable y fugaz. A veces preciso, a veces movido, pero por tanto, mutable y reitero, fugaz. Así como la magia, que sucede en un abrir y cerrar de ojos y, sin embargo, aunque sabemos que estamos siendo engañados a nuestra propia voluntad, igualmente nos impresionamos.
Ahora aprecio el movimiento desde mi centro, de verdad desde el corazón, he aprendido a sentirlo, o más bien, me he dado el espacio de sentirlo, de entenderlo, de interpretarlo y de dejarle ser libre. El movimiento tiene y no tiene forma, es visible e invisible, de nuevo, es como la magia, sucede y sabemos que hay un truco detrás pero no importa, nos fascina el simple hecho de que suceda, o al menos a mi y queriendo hablar por muchxs.
La magia sorprende, y si algo es importante en esta vida, sobre todo en la moderna, rápida y volátil, es tener la oportunidad de sorprendernos, y aún más, si esa sorpresa viene de algo muy sutil, sencillo, bello, puro y tuyo. Tu eres tu danza y la danza corre por tus venas cuando danzas. Un ciclo natural al cual dejarle la rienda suelta sería el mayor lujo que te puedas dar. Me gusta experimentar esa sorpresa con mi danza, en las creaciones, en mis observaciones, en mis idas de olla en la pista de baile, en mis aportaciones a los y las compañeras en clase, en mi cuerpo en acción. Simplemente a veces me sigo sorprendiendo de lo que soy capaz. Y todes tenemos ese potencial.
Conocer el movimiento y conocerme van intrínsecamente de la mano, cuándo decía que venía de mi centro es literal, del centro de mi cuerpo (a parte de mi corazón). He desarrollado una conciencia bastante aguda para interpretar pesos, observar cómo se pueden mover mis órganos, lo que el espacio me canta, lo que sienten mis ojos, lo que miran las palmas de mis manos.
Dentro de mi investigación y es algo que comparto con todas las personas que asisten a mis talleres, es que las manos son lupas, son un par de ojos activos y magnificados para observar y/o ayudarnos a mirar más detenidamente y a profundizar el exterior y ese interior que nuestra fascia y musculatura abraza. Esto lleva al (con) tacto y por ende a sentir (nos). La sutileza es a veces muy silenciosa y para quienes no están verdaderamente atentos, puede pasar desapercibida. Creo que es algo que debemos y podemos despertar en los seres humanos, nosotros, los artistas del cuerpo, los poetas del movimiento, las máquinas de creación, las criaturas de la investigación, los mentores con propósito. Podemos alentar a todos a sentir, a permitir (se) que las sensaciones guíen. En el campo del movimiento es realmente hermoso e interesante los lugares a los que podemos llegar siguiendo esas sensaciones, que en conclusión son mera intuición, decisión y confianza de un cuerpo y una mente curiosa, astuta, inteligente, disponible y en alineación, danzando coherentemente entre el pensamiento y la acción.
Me gusta que seamos criaturas, así no seremos nunca comunes, podremos “ser” de todo, pero menos comunes jeje. Y es que no tiene nada de malo ubicarse en esa línea plana del “ser común y corriente” pero estoy segura que es más divertido, interesante y cautivante, “ser” de otra materia, de otro planeta, otro universo, otra realidad...
Llevando esto a mi experiencia en Tavira, puedo relacionarla directamente con el hecho de haberme sentido como una criatura ubicada en su hábitat natural. Era el lugar indicado, en el momento indicado y con las personas indicadas a mi alrededor. Me sentí realmente abundante, feliz y libre. Rodeada de verde y arte. Alimentándome de mucha danza y comida rica, soltando mi voz, improvisando, viviendo y explorando. Creo fielmente que es algo que merezco y merecemos todas, sobre todo, aquellas que dedican su vida a esta profesión tan muchas veces menospreciada y otras tantas hasta oligarca.
Durante los últimos 6 años puedo decir que realmente he ido conectando con maestras y maestros que comparten una visión muy significante para mi y con la que me siento realmente identificada. Técnicas, teorías, conocimientos, hallazgos, ejercicios, dinámicas, lenguaje (verbal y físico), anécdotas, chistes o simples miradas. Esto es prácticamente invaluable y cuando se abre este cofre del tesoro, parece que lo que se ha descubierto es un provenir de experiencias y vivencias virtuosas y en todo su esplendor.
Les doy las gracias por abrir este espacio de investigación y disfrute y permitirnos formar parte de la co-creación. De auto conocernos, observar y verdaderamente conectar no solo con el movimiento y la danza, sino con la naturaleza, la comunidad y la vida en sí. Literal que nos movilizamos hasta otro país para vivenciarlo, y mira que valió la pena.
Si algo curioso debo contar fue mi experiencia con el ejercicio de observar desde distintas perspectivas en la Ria… no conecté. Estaba un poco ausente, además, haciendo fotos y vídeos y con un poquito de frío. Sin embargo, es de los ejercicios que mejor recuerdo y de los que más me gustaron por la simple idea de compararlo con la vida misma de una manera sutil, orgánica, sincera y creativa. Me encantó el hecho de mirar con múltiples posibilidades un solo objeto/sujeto, pero no solo estar al tanto de la existencia de esas miles de posibilidades, que parecen ser implícitas. Sino de la acción puntual de doblarse, desplegarse, sentarse, tirarse, acostarse… para realmente mirarlo desde ese ángulo tan preciso, único y a la vez efímero. Si tan solo lo hiciéramos en la vida diaria, siempre encontraríamos poesía, información, señales, códigos y belleza hasta en las cosas más pequeñas y aparentemente imperceptibles. Ji Lee, un gran observador y creativo dentro del diseño recomienda eso, detenerse a observar en el entorno cotidiano aquello que con su forma y mezclado con la forma de su “vecino” dan vida a algo que quizá solo puedas ver tú, y eso ya es un regalo. Imagínate ir encontrando regalos con cada paso que das en tu camino a casa, por ejemplo, ¿no sería algo fenomenal?
En fin, llevo días inquieta, hace 8 días que empecé este pequeño ensayo y hoy que lo estoy culminando (mientras tengo un dèjá vu), sigo inquieta y con cosas en mi cabeza, aunque más tranquila y transicionando a un estado de ligereza y expansividad. Eso sí, tengo muchas ganas de expandir (me), abrir nuevos horizontes, crear comunidad, estar en la naturaleza y danzar sin pensar en demasiadas responsabilidades, trabajo, ni cosas que requieran de una gran parte de mi energía. Me encantaría estar en Tavira o en cualquier otro espacio que la pachamama nos ofrezca y comparta, co-creando atmósferas únicas y a la vez efímeras, porque somos criaturas del movimiento, y nos moveremos, y nos moveremos, y nos moveremos… y no pararemos.
Por: Zarina Rondón
Para: Soma & Play Team.
Barcelona, España.
Martes 16 de febrero del 2021.